- Del 5 al 29 de octubre
- De 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 horas
- Galería Bicentenario
La fotógrafa Loreto Vergara Gálvez, retrata con una mirada íntima la comunidad haitiana evangélica en la zona norte de Santiago, en esta muestra que reúne 17 imágenes de gran formato y material inédito del fotolibro Lafwa, lanzado en septiembre en la Estación Mapocho. La exposición tendrá su inauguración el sábado 5 de octubre a las 12:00 horas en la Galería Bicentenario.
En un país como Chile, construido en torno a los pilares de la cultura occidental «blanca», lo “negro” ha sido históricamente relegado a los márgenes. Lafwa (Fe, en criollo) se centra en uno de estos grupos humanos excluidos, la cuarta comunidad de inmigrantes más grande asentada en Chile: los haitianos, específicamente aquellos evangélicos que residen en la zona norte de Santiago.
A través de 17 imágenes de gran tamaño en lienzos, la fotógrafa y comunicadora social Loreto Vergara nos introduce en la profundidad de su religiosidad, en su fervor espiritual, y en los rituales que se convierten en refugio, punto de encuentro y red de apoyo para esta comunidad migrante.
Para ello elige la fotografía análoga por su calidez visual y textura, aspectos capaces de reflejar la intensidad, el colorido y la potencia de esta vivencia de la fe. La serie incluye rostros que se pierden en las sombras, dobles exposiciones y veladuras, técnicas que Vergara elige deliberadamente para criticar los sesgos raciales.
El hilo conductor de Lafwa sigue siendo el mismo desde los inicios del proyecto: la religión dentro de la comunidad migrante haitiana. Sin embargo, la segunda etapa de su trabajo, que constituye esta exposición, es el resultado de una nueva fase de investigación que comenzó luego de la pandemia. En palabras de la artista: “En esta segunda etapa, me encontré con una comunidad que ya estaba completamente adaptada a Chile, lo que permitió una relación más rápida y cercana que se refleja en un trabajo más documental y directo”.
Mientras que en la primera fase del proyecto los retratados eran recién llegados al país, lo que dificultaba la comunicación y el proceso de confianza, en esta nueva fase el enfoque es más abierto y accesible, hay un trabajo mucho más documental de registro, con imágenes que capturan la cotidianidad de una comunidad integrada pero que sigue luchando por preservar su cultura y fe.