¿Por qué está colección de fotos? ¿por qué escogieron niños como tema?
El archivo tiene 25 mil objetos entre papel, negativos, placas de vidrio etc. y tenemos diferentes temas, zonas de Santiago, vistas de Santiago a color, etc. y el año pasado cuando hicimos la muestra Mujeres, nos quedó dando vueltas una idea: que la gente, el público, al ver personas (en las fotografías), se ven reflejadas en ellas. Eso me parece muy bonito porque reconocen a su mamá, a sus hijos, te reconoces tú, tus calcetines con una vuelta doblada hacia abajo, etc. La gente activa sus recuerdos, la conversación familiar, esto da para tomar té, sentarse y conversar de la infancia, de cómo vivimos.
¿y de dónde provienen las fotografías, cuántas son?
Son 48 y vienen de fotos familiares, de dos grandes fuentes: compramos mucho material fotográfico, sobre todo fuera de Chile y también provienen de ferias, de Santiago y regiones. Las familias conocen nuestro trabajo y saben que su patrimonio va a estar súper bien protegido, porque al fin de cuentas… ¿qué sacas con tener un montón de fotos y álbumes si están guardados?
Este interés por hacer visibles a las personas ¿de dónde nace? porque antes trabajaban más con lugares, edificios…
Uno va evolucionando, cambia la mirada, el ojo. Algo que para mí antes no era tan atractivo, los álbumes familiares, ahora lo son. Ahí hay algo que es muy importante, estas fotos están llenas de detalles que las fotografías más oficiales no tienen. Por ejemplo, la Plaza de Armas, como registro puedes ver en ella la pileta, las bancas, etc. y ser un gran registro, pero la foto que se sacó tu abuela y que sale un huasito detrás, o las niñas chicas detrás, jugando, siento son muy ricas, eso tiene la foto familiar privada.
¿Hay un fil rouge, un leitmotiv en las fotos escogidas? ¿qué tienen en común?
Lo que quisimos hacer, es un poco que la gente trate de verse, ver a sus antepasados, que la gente se cuestione ¿hasta dónde los consideramos niños? Uno da todo por hecho hoy y las cosas no son como uno las piensa. Nuestros abuelos tenían una infancia absolutamente distinta a la nuestra y eso se refleja en las posturas, las caras. Quisimos apelar a eso, cómo eran las infancias de nuestros papás, abuelos y más atrás también.
Siento que lo más importante de una muestra como esta es que de aquí puede surgir una reunión familiar, una conversación. Algo te queda dando vuelta, te despierta algo que a lo mejor está dormido. Nos pasó con la exposición anterior, una parte de una familia fue a verla y se reencontraron, se vieron de nuevo y se reconciliaron, los volvió a unir. Eso quiero que pase: unir a la familia a través de un libro, una exposición, porque eso es lo que pasa al ver retratos de personas.